"Los que lloraran borrachos por el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte..."
Roque Dalton
Un año nace que se parece al otro
a aquel que dejó atrás y al que viene.
Un año nace con platos y rimbombos
idéntico a otros años ya con días marchitos.
Nace un año cualquiera da igual al universo
un año que alegrías hace brotar en pechos
de muchos que deciden tomar resoluciones
que en dos semanas otra vez serán lamentos.
Pobre doña María, sabe que éste es su último año,
un certero cáncer terminal le profetiza
que su corazón se acerca al último latido
y que los trinos de los pájaros
sólo fueron sinfonías que aligeraron el peso de la vida.
(Qué alegre está la hija de mi amigo Roberto
sabe que en su vientre vendrán buenas noticias en este año.)
Y qué de mí que tengo mil razones
para extrañar las nubes de mi infancia
y tengo este viejo cuerpo preso en una cárcel
forrada de mentiras
y tengo esta alma triste
metida en una jáula sin ruido.
Yo que me creí una ala estoy sin vuelo
yo que me creí barca estoy sin rumbo
yo que me creí anhelo estoy perdido
en el laberinto sin sentido de una vida deforme.
Pero nace un nuevo año y debo pretender que no estoy triste,
que soy barco con rumbo y ala en vuelo,
que mi alma vaga alegre y mi cuerpo disfruta
del trino de mil pájaros que pican flores.
Devuélvanme el país que me han robado
para no tener otro año parecido al otro.
