Saturday, June 28, 2008

EL HOMBRECITO DE LA MISSION

"Los hacelotodo, los comelotodo, los vendelotodo..."

Roque Dalton

Es salvadoreño y le gusta el Alianza,
le gusta el guaro, pero no chupa;
cambia su imagen casi a diario,
es chachalaco y pajero.
Camina desgarbado
se pinta el pelo de muchos colores,
usa un arete en su lóbulo izquierdo,
algunos piensan que es gay y no lo es,
pero a él le vale verga lo que piensen.

No es hipócrita,
se ríe de todo lo que parezca chistoso,
especialmente se ríe de sí mismo...
Se gana la vida vendiendo de todo:
Cds chavela, queso de capita, camisas de la Selecta.
El sábado que no está en la esquina
del Banco Agrícola de la Mission
todo se ve muerto en San Francisco,
aquel hombrecito
parece tener en sus manos
el espíritu de la calle.
Todo el mundo suele respetarlo
y sentir un gran cariño
por aquel tipo flaco y pequeñito
con una corona de oro en la delantera del Aguila.

Tiene añales viviendo aquí en el norte
pero no tiene carro, es más,
no le interesa tener carro
y no envidia para nada
a los que tienen carro.
Al caer de la noche se va para su casa
a contar las fichas que cayeron en el día.

Es el hombrecito de la Mission
mi compatriota
mi hermno.

Tuesday, June 10, 2008

AMANTE LEJANA

Cuánto tiempo pasó ya desde aquel día
que te quedaste sola parada en la estación.
Con tono lastimero un triste adiós decías
mientras yo sollozaba sentado en el vagón.

Ya nunca volví a verte quién sabe dónde vives
pero han pasado inviernos vagando por mi puerta
y el corazón ya lento no palpita por vos.

Cómo estará tu pelo negro y sedoso entonces,
Cuántos besos tus labios dieron en el camino
te habrá sido muy fácil olvidar mi recuerdo
o pensarás que un día vas a volver a mí.

Sabes, a veces pienso que las gaviotas sueñan
y agitan en sus alas ilusiones de amantes
que un día se juraron amarse para siempre
pero que un viento leve todo lo destruyó.

O acaso te habrás muerto una mañana triste
que llovía muy suave sobre el tejado gris,
dejando atrás las horas que me hicieron amarte
y todas las promesas de vivir para mí.

Yo, no sé, yo no sé, solo el color de flores
que irradian su fragancia
es mirado muy claro desde mi corazón.
No abras esa ventana que me nublas los ojos
no abras esa ventana que me apagas la luz.

Pero ven a mis brazos, no importa que hayas muerto
regálame tu esencia, expulsa este dolor
Demuestra que fue cierto lo que dijiste un día
Que si te ibas primero volverías por mí.

Tómame ya, qué esperas, estrújame en el luto
invádeme de muerte llévate este existir.
Rasga mi alma y palpita, desbórdala en tu abismo
pues sin ti en este mundo, nada imnporta morir.