Camino de la tierra
en donde está sembrado mi ombligo
se me ocurrió que en el pecho de un pájaro
podría construir un nido
uno de esos nidos con calor suficiente
para escribir versos,
pero mis versos no caían en mi alma
como al pasto el rocío
y me fui con mis canicas a jugar a otra parte.
Y no crean que lo hice por cobarde
no, no, no.
El viento soplaba en dirección contraria
y no era casualidad.
La lluvia azotaba de este lado
y no era casualidad.
Talvez había visto con los ojos llorosos
a aquella que me hirió el corazón
con el estilete filoso hace hoy cuarenta años,
y no me dio por salir de casa a lavarme las manos
con agua de tiempo atrás.
Si tan siquiera se curara mi nostalgia
me quitaría el sombrero frente a la estatua de tu amor.
Pero no pudo ser
me negaste el placer de cultivar tu vientre
y tú sacaste la peor parte...
San Rafael, CA. julio 27 de 2010
una noche oscura...