porque nunca había sentido sus punzadas.
Mi piel fragil va cayendo en la cuenta
de que es mejor dejar la vida
que morir sin nombre.
La presiento y huelo su sudor a solas
hoy se levantó el sol más de mañana
y eso para mí sí ha sido extraño.
La presiento y en mi cuarto
este cuarto que me vio por muchos años
haciendo el amor como un urgido,
hoy me verá morir porque me muero.
No le echen la culpa al troglodita
ese que vino hace seis meses
a materme la vida
él no tiene la culpa...
fue responsable pero en su mantra
nunca habrá culpa...
quizás es lo mejor, quizás la muerte
clave sus colmillos en mi cuerpo
y llevará consigo su equipaje calcinado.
Para mañana el sol saldrá para otros.
San Rafael, CA, abril 16, 2011.
