que te quedaste sola parada en la estación.
Con tono lastimero un triste adiós decías
mientras yo sollozaba sentado en el vagón.
Ya nunca volví a verte quién sabe dónde vives
pero han pasado inviernos vagando por mi puerta
y el corazón ya lento no palpita por vos.
Cómo estará tu pelo negro y sedoso entonces,
Cuántos besos tus labios dieron en el camino
te habrá sido muy fácil olvidar mi recuerdo
o pensarás que un día vas a volver a mí.
Sabes, a veces pienso que las gaviotas sueñan
y agitan en sus alas ilusiones de amantes
que un día se juraron amarse para siempre
pero que un viento leve todo lo destruyó.
O acaso te habrás muerto una mañana triste
que llovía muy suave sobre el tejado gris,
dejando atrás las horas que me hicieron amarte
y todas las promesas de vivir para mí.
Yo, no sé, yo no sé, solo el color de flores
que irradian su fragancia
es mirado muy claro desde mi corazón.
No abras esa ventana que me nublas los ojos
no abras esa ventana que me apagas la luz.
Pero ven a mis brazos, no importa que hayas muerto
regálame tu esencia, expulsa este dolor
Demuestra que fue cierto lo que dijiste un día
Que si te ibas primero volverías por mí.
Tómame ya, qué esperas, estrújame en el luto
invádeme de muerte llévate este existir.
Rasga mi alma y palpita, desbórdala en tu abismo
pues sin ti en este mundo, nada imnporta morir.
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